"Hombre de verdad" es aquel a quien la verdad lo alcanzó, o bien, aquel que ha sido derribado por la verdad. La verdad vino y puso al desnudo toda su mentira, su falacia y su irrealidad, su desordenada auto-estimación.
El hombre de verdad se apresura a reconocer sus errores, a reparar el mal causado; se humilla con sinceridad aunque ello ponga en riesgo su reputación. La verdad le ha hecho valiente, no puede sufrir la falsedad. ¡Ha tenido un encuentro con la verdad, conoce que ante Dios no hay pensamiento oculto! Le interesa la aprobación de su Dios aunque ello le signifique un conflicto permanente con los hombres.
La sonrisa del cielo es su único consuelo.Un hombre de verdad. Las mentiras quedaron atrás, como las tinieblas dan lugar al nuevo amanecer. El Sol de Justicia brilla ahora para él. ¡Qué descanso es no tener que caerle bien a nadie! ¡Qué descanso es ser auténtico, real! Por eso el Sabio dice: "¡Compra la verdad y no la vendas!" (Pr. 23:23).Cristo es la Verdad. Su presencia puso de manifiesto la irrealidad, el engaño y la falsía de quienes presumían ser verdaderos. Cristo desnudó al hombre que se alababa a sí mismo en la oración.
Cristo en nosotros es la verdad encarnada. En nosotros se produjo un cambio glorioso, nuestra mentira por Su verdad. ¿Quién es, entonces, un hombre de verdad? Es aquel que de verdad ha hallado a Cristo, la Verdad.

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