¡DECLARACIÓN DE FE Y PRÁCTICA!
1. Creemos que los 66 libros de la Biblia, 39 del Antiguo Testamento y
27 del Nuevo Testamento, son verbalmente y plenariamente inspirados por Dios y
sin error en los autógrafos originales; y que son la autoridad suprema y final
en los asuntos de fe y práctica.
2. Creemos en un solo Dios que existe eternamente en tres personas:
Padre, Hijo y Espíritu Santo; y que estas tres son iguales en esencia, sin
embargo, distintos en personalidad y función.
3. Creemos en la creación del universo por Dios, sin la necesidad de
usar material preexistente, aparte de ningún proceso de evolución, y de acuerdo
a lo narrado en Génesis.
4. Creemos que Jesucristo, el eterno Hijo de Dios, fue engendrado por el
Espíritu Santo y nacido de María aun siendo virgen y que Él es verdadero Dios y
verdadero hombre.
5. Creemos en la resurrección literal del cuerpo crucificado de nuestro
Señor Jesucristo, y en su ascensión al cielo; y que ahora Él vive allí,
llevando a cabo su ministerio actual de ser nuestro Gran Sumo Sacerdote y
Abogado.
6. Creemos que el Espíritu Santo es el agente principal del nuevo
nacimiento, trayendo convicción sobre el incrédulo y efectuando la regeneración
en él; que, al momento de la conversión, el Espíritu Santo sella, habita y
bautiza a cada creyente en el Cuerpo de Cristo; y que Él da poder y distribuye
dones de servicio a los creyentes; sin embargo, creemos que los dones como
señales (don de lenguas y profecía) fueron restringidos al periodo de los
apóstoles.
7. Creemos que el hombre fue creado a la imagen de Dios; que pecó,
incurriendo así no solo en la muerte física sino también en la muerte
espiritual, la cual es separación de Dios; y que desde entonces todos los
hombres nacen con una naturaleza pecaminosa y son pecadores en pensamiento,
palabra y hecho.
8. Creemos que el Señor Jesucristo murió por nuestros pecados según las
Escrituras como sacrificio vicario y que Su sangre expiatoria es sin límites en
su potencia; no obstante, es limitado en su aplicación, pudiendo salvar solo a aquellos
que vienen al arrepentimiento y fe, atraídos por el Espíritu Santo.
9. Creemos que todo aquel que recibe por fe al Señor Jesucristo como
Salvador personal es nacido de nuevo y, por tanto, viene a ser hijo de Dios.
10. Creemos en la seguridad eterna del creyente, siendo imposible que
uno que es nacido en la familia de Dios jamás pueda perderse porque está
eternamente guardado por el poder de Dios.
11. Creemos que la 'Esperanza bienaventurada' del creyente es la venida
inminente, personal, premilenial y pretribulacional de Cristo, cuando Él
arrebatará a su Iglesia para recibirla en el aire y llevarla al cielo.
12. Creemos que las profecías y promesas de las Escrituras que predicen
la futura restauración y regeneración de Israel, como nación, serán cumplidas
literalmente.
13. Creemos que los justos saldrán corporalmente a resurrección de vida
y de la eterna bienaventuranza; y que los injustos saldrán corporalmente a
resurrección de eterna condenación y castigo.
14. Creemos que la Iglesia, la cual es el Cuerpo de Cristo, es aquel
organismo espiritual que consiste de todo creyente nacido de nuevo durante esta
presente dispensación de la gracia.
15. Creemos que la iglesia local es aquella entidad, a través de la cual
Dios realiza toda su labor en el mundo; que una iglesia local bautista
neotestamentaria se forma por la unión y agrupación de creyentes, bautizados
por inmersión en base a su creíble profesión de fe en Jesucristo, como su único
y suficiente Salvador; que la unidad de sus miembros se basa en su fe común;
que sus únicos oficiales son pastores y diáconos; que su forma de gobierno es
congregacional; que es autónoma en su naturaleza, siendo libre de toda
jerarquía externa; que su misión principal consiste en adorar y glorificar a
Dios, predicar el evangelio a todo el mundo, edificar a los redimidos, y
observar sus ordenanzas propias; y que no debe asociarse con ninguna influencia
ecuménica, neo-ortodoxa, o neo-evangélica, ni con cualquier otra fuente que
comprometa a la verdad.
16. Creemos que las únicas dos ordenanzas bíblicas de la iglesia local
son el Bautismo y la Cena del Señor; que el bautismo por inmersión debe ser
administrando solamente a creyentes como testimonio al mundo de su creencia e
identificación en la muerte, sepultura y resurrección de Cristo; que la Cena
del Señor debe ser participada solo por creyentes escrituralmente bautizados; y
que tal participación anuncia, simbólicamente, la muerte del Señor, debiendo
continuarse su periódica observación hasta que Él venga a por su Iglesia.
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